Snorkell en Malta

Snorkel en Malta

Malta, una zona inmejorable para hacer snorkell. Fue un día muy bueno, con mi amigo Ástor y otro grupo grande de gente, alquilamos un barco para pasar todo el día en el agua. ¡Ha sido sin duda mi mejor día en Malta!

¡AL BARCO TODOS!

Arrancamos bien temprano, nos distribuimos en tres lanchas y al mar. Si nunca condujiste un barco y te atreves, no te preocupes, te dan un curso de media hora antes de coger el barco y ya puedes comenzar tu aventura.

Snorkel en Malta
Disfrutando del sol en nuestro barco.

Además de poder ir a ver las calas del lado opuesto a la orilla, como Blue Lagon, con un barco tienes acceso a Calas espectaculares a las que no se puede acceder a pie. Una de ellas es » Crystal lagoon». Después pasar por varias playas de las conocidas en Malta, aterrizamos ahí. Sin duda mi recuerdo de este día no se borrará nunca. Los tres barcos aparcados, de vez en cuando con música, pero sobre todo, disfrutando del paisaje y la naturaleza.

Sin duda mi recuerdo de este día no se borrará nunca.

MOMENTO DE PONERSE LAS GAFAS, SNORKELL

Había peces por doquier, mirara donde mirara podía sumergirme y ver animalitos. El agua es clara, azul, transparente y espectacular. Desde lo alto del barco se ve el ancla en la arena sumergida perfectamente.

Snorkell en Malta
Sumergida en el agua disfrutando del paisaje marino.
Snorkell en Malta
¡Ahí están! Banco de peces muy cerca de mi.

Cuando ya te has recorrido gran parte de la cala, y huyendo un poco del resto de barcos que hay en la zona, hay una cueva que conecta directamente al mar abierto. Nadar hasta ahí es un momento, y lo que te encuentras es increíble. Ves menos peces porque al estar en la cueva, sencillamente no los ves, pero la vista desde ahí a mar abierto es algo que merece realmente la pena.

Algo prácticamente obligado es llevar una cámara de fotos que se pueda meter al agua. Nuestra jornada duró unas ocho horas, tiempo que alquilamos el barco.

Snorkell en Malta
Entrada a la cueva, vista desde el barco.
Dentro de la cueva, vista hacia la cala.

Y de repente… ¡Una grata sorpresa!

Mientras estábamos en el barco tomando el sol tranquilamente escuché una especie de sirena, como las de los camiones de helados. Me puse a mirar como una loca para todos lados, y ahí estaba, ¡El barco de los helados! Así soy yo, me emociono con cualquier tontería, y ésta me hizo mucha mucha ilusión. Compramos todos un helado encantados, y a seguir tomando el sol antes de nuestro siguiente baño.

El barco de los helados va pasando por las calas.

¡SALTA AVENTURERO!

Sí, soy un culo inquieto. Nadar y estar mucho tiempo en el mar cansa, pero necesito algo con un poco más de energía. Y es que este sitio lo tiene todo. Nadando puedes llegar a una zona en la que escalando un poquito llegas a la zona alta del acantilado, está totalmente libre de piedras debajo y el salto es limpio. No animo a todo el mundo a hacerlo ya que es algo que se puede tornar un poco «peligroso», sobre todo si nunca has saltado.

Hay un salto de unos seis metros y medio de altura.

Hay varias zonas en las que puedes decidir saltar, con diferentes alturas. El nuestro fue un salto de unos seis metros y medio de altura. Os dejo el vídeo de mi amigo Ástor, ya que yo salté tan rápido que no les dio tiempo a encender la cámara (sí, soy una impaciente).

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